Existen varias nociones sobre los espíritus y los ángeles. Si bien pueden parecer similares, tienen diferencias significativas en su naturaleza y función.
Los espíritus se refieren a las almas de los muertos que han pasado al mundo espiritual después de la muerte física. Estos espíritus son considerados seres intermedios entre el mundo físico y el mundo espiritual, y se les cree capaces de influir en los asuntos terrenales. La tradición también sugiere que los espíritus pueden ser convocados por los vivos a través de ciertos rituales y prácticas espirituales.
Por otro lado, los ángeles se consideran seres celestiales creados por Dios para realizar tareas específicas en el universo. Los ángeles son criaturas puramente espirituales, sin cuerpo físico, y se les considera mensajeros divinos que transmiten las órdenes de Dios a la humanidad. En la tradición judía, se cree que hay numerosos ángeles con diferentes funciones y jerarquías, incluyendo los arcángeles, los serafines y los querubines.
Además, los ángeles y los espíritus tienen diferentes roles en el universo. Los ángeles son considerados seres que están siempre en servicio a Dios y no pueden ser manipulados o controlados por los humanos. Los espíritus, por otro lado, se consideran seres más flexibles, que pueden ser influenciados por los humanos y utilizados para ciertos fines. Los espíritus también se consideran más cercanos a la humanidad, ya que son seres que alguna vez fueron vivos y que tienen una conexión más directa con el mundo terrenal.
Otra diferencia importante entre los ángeles y los espíritus es su naturaleza moral. Los ángeles se consideran seres completamente buenos y justos, sin la capacidad de hacer mal o equivocarse. Los espíritus, por otro lado, son vistos como seres más ambivalentes, capaces de ser influenciados tanto por el bien como por el mal.
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