Por Ivan Gomez
Las palabras sagradas son un concepto fundamental en la Kabbalah, las palabras sagradas tienen un poder profundo y pueden utilizarse para conectarse con el mundo espiritual y acceder a niveles superiores de conciencia.
Las palabras sagradas se consideran como herramientas poderosas que pueden utilizarse para invocar la presencia divina y manifestar cambios en el mundo material. Según los cabalistas, cada letra y palabra en el hebreo tiene un significado profundo y puede tener un efecto específico en el mundo espiritual. Al combinar las letras y las palabras de manera cuidadosa y con intención, se pueden crear secuencias de palabras sagradas que tienen un impacto positivo en la vida de las personas y en el mundo en general.
Uno de los cabalistas más conocidos, el rabino Isaac Luria, también conocido como el Arizal, habló extensamente sobre el poder de las palabras sagradas. Según el Arizal, las palabras sagradas son la base de toda la creación y contienen el poder de la divinidad. Él enseñó que al pronunciar estas palabras con intención y concentración adecuadas, podemos conectarnos con la energía divina y manifestar cambios positivos en nuestra vida.
Otro cabalista destacado, el rabino Moshe Cordovero, escribió en su obra clásica “Pardes Rimonim” sobre la importancia de las palabras sagradas en la meditación y la conexión espiritual. Él enfatizó que las palabras sagradas tienen una vibración única y una energía que puede ser utilizada para abrir puertas a niveles más profundos de conciencia y conocimiento.
La importancia de las palabras sagradas también está respaldada por numerosos versículos en el Tanaj, la Biblia hebrea. Por ejemplo, en Proverbios 18:21 se lee: “La muerte y la vida están en poder de la lengua”. Este versículo sugiere que las palabras que hablamos tienen un poder profundo y pueden tener un impacto en nuestro bienestar emocional y físico.
Otro pasaje en el Tanaj que destaca la importancia de las palabras es el Salmo 19:14, que dice: “Sean gratas las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Eterno, roca mía y redentor mío”. Este versículo sugiere que las palabras que hablamos y los pensamientos que meditamos pueden ser ofrecidos como una ofrenda a la divinidad y que es importante ser conscientes de su calidad y su impacto.
En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz” (Génesis 1:1-3). Este pasaje describe la creación del mundo a través de la palabra de Dios, lo que sugiere que las palabras tienen un poder creativo y pueden dar forma a la realidad.
“La voz del Eterno es poderosa; la voz del Eterno es majestuosa” (Salmo 29:4). Este versículo sugiere que la voz de Dios tiene un poder especial, lo que refuerza la idea de que las palabras sagradas tienen un poder divino.
“Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era muy bueno” (Génesis 1:31). Este pasaje describe cómo Dios habló la creación en existencia y luego la vio y la declaró buena. Esto sugiere que las palabras sagradas no solo tienen un poder creativo, sino que también tienen el poder de bendecir y santificar lo que se ha creado.
“Porque como descienden de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelven allá, sino que riegan la tierra, y la hacen germinar y producir, y dan semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié” (Isaías 55:10-11). Este pasaje describe cómo la palabra de Dios es como la lluvia que riega la tierra y la hace florecer, lo que sugiere que las palabras sagradas tienen un poder de vida y crecimiento.
Leave a Reply