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Por Ivan Gomez
En medio de la modernidad y los avances tecnológicos, hay elementos que trascienden el paso del tiempo y siguen siendo venerados con profundo respeto. Un ejemplo de ello es la Torá, el texto sagrado del judaísmo, y el lugar donde se guarda, un recinto sagrado que conserva una conexión directa con lo divino. En este artículo, exploraremos cómo es el lugar donde se guarda la Torá en tiempos actuales, manteniendo viva una tradición milenaria.
El Significado del Arca Sagrada: El corazón de un lugar de culto judío, como la sinagoga, alberga el arca sagrada, un espacio dedicado a preservar y proteger los rollos de la Torá. Aunque el diseño y la ornamentación pueden variar, el propósito del arca sigue siendo el mismo: ser un punto focal de reverencia y adoración.
El arca sagrada se encuentra orientada hacia Jerusalén, recordando a los fieles su conexión espiritual con la Ciudad Santa. Este acto simbólico refuerza el sentido de identidad y unidad de la comunidad judía, estableciendo un vínculo entre el presente y el pasado, y fortaleciendo la esperanza de un futuro inspirado por los valores de la Torá.
La Preservación de los Rollos de la Torá: En el interior del arca sagrada descansan los rollos de la Torá, cuidadosamente escritos a mano en pergamino por un escriba especializado. Estos rollos, compuestos por los cinco libros de Moisés, son sagrados y se consideran la máxima expresión de la palabra divina.
La preservación de los rollos de la Torá es una tarea crucial. Los cuidadores de la sinagoga aseguran que el ambiente sea propicio para su conservación, controlando la humedad y la temperatura. Además, los rollos se envuelven en telas especiales y se protegen dentro de cubiertas decorativas, simbolizando su carácter sagrado y su importancia para la comunidad.
El Momento de la Lectura: Durante los servicios religiosos, la comunidad judía se reúne en la sinagoga para experimentar un momento de comunión con la divinidad. Es en este momento cuando uno de los rollos de la Torá es retirado del arca sagrada y leído en voz alta ante la congregación.
La lectura de la Torá es un acto solemne y reverente. El rollo es desenrollado cuidadosamente, sostenido por los “etz jayim” (árboles de vida), dos palos de madera que permiten manipular el pergamino sin dañarlo. A medida que el lector recita las palabras sagradas, la congregación escucha con atención y reverencia, buscando encontrar significado y guía en los textos milenarios.
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