Por Ivan Gomez
Fecha: 17 de julio de 2023
En los relatos bíblicos y otras tradiciones antiguas, la figura de Lilith ha capturado la imaginación de muchas personas a lo largo de los siglos. Según se dice, Lilith fue la primera esposa de Adán antes de que Eva fuera creada a partir de una costilla de Adán. Si bien su historia no se encuentra en la versión canónica de la Biblia, Lilith ha sido objeto de estudio y debate en el ámbito de la teología y la mitología.
Las menciones más antiguas de Lilith se encuentran en textos judíos y mesopotámicos. Según la tradición judía, Lilith fue creada de la misma manera que Adán, a partir del polvo de la tierra, y se consideraba igual a él. Sin embargo, Lilith se negó a someterse a Adán y abandonó el Edén. Desde entonces, se dice que se convirtió en un ser demoníaco y una figura asociada con la maldad y la tentación.
En las tradiciones mesopotámicas, Lilith era conocida como Lilitu, un demonio nocturno femenino que atacaba a los hombres mientras dormían. Se la representaba con alas y garras, y se creía que se alimentaba de la sangre de los recién nacidos y seducía a los hombres en sus sueños.
Aunque la historia de Lilith no se encuentra en la Biblia, algunas interpretaciones modernas han intentado reconciliar su existencia con los textos sagrados. Se argumenta que el relato de Lilith podría haber sido excluido deliberadamente de la Biblia debido a su naturaleza desafiante y feminista. Lilith se presenta como una mujer independiente y fuerte, que se niega a someterse a la autoridad masculina.
En la literatura y el arte modernos, Lilith ha sido reivindicada como un símbolo del feminismo y la liberación de las mujeres. Muchas personas han encontrado inspiración en su historia como una figura que se niega a aceptar el papel sumiso que se le asigna. Además, Lilith ha sido objeto de interpretación psicológica y cultural, relacionada con temas de poder, sexualidad y la sombra oscura de la psique humana.
